Las movilizaciones sociales por los derechos de las mujeres y la equidad de género se fundamentan en un compromiso ético y político, que busca “contribuir e impulsar, propuestas alternativas y críticas al modelo de sociedad patriarcal y dominante que sustenta la violencia y discriminación contra las mujeres”.
Las movilizaciones sociales por los derechos de las mujeres y la equidad de género se fundamentan en un compromiso ético y político, que busca “contribuir e impulsar, propuestas alternativas y críticas al modelo de sociedad patriarcal y dominante que sustenta la violencia y discriminación contra las mujeres”.
“La movilización social es una herramienta participativa que puede servir a una comunidad para transformar patrones, conductas o comportamientos sociales que obstaculizan el bienestar o el ejercicio de los Derechos Humanos. También es una herramienta orientada a incidir en las instancias de poder de acción y toma de decisión, en busca de la justicia y el bienestar colectivo.”
- MINISTERIO DE SALUD Y PROTECCIÓN SOCIAL. (2015) Lineamientos de comunicación y movilización social para prevenir las violencias de género
Para desarrollar una movilización social debemos partir de la lectura nuestros contextos, que nos lleve a reflexionar sobre las desigualdades y las discriminaciones que experimentan las mujeres y personas con orientaciones sexuales e identidades de género no hegemónicas dentro y fuera del conflicto armado, y a partir de ello construir y diseñar mecanismos para visibilizarlas y generar propuestas de cambio, dándoles distintas formas utilizando el arte, la academia, la participación política, entre otros.
Con el siguiente video podemos acercarnos a una experiencia de movilización social de la Ruta Pacífica de las Mujeres, que nos permite identificar cuál es la función social de las movilizaciones y cómo se puede aportar a las transformaciones de las comunidades y sociedades desde las experiencias de las mujeres.
Las movilizaciones permiten el reconocimiento de sujetas y sujetos políticos, ya que, al ser un proceso participativo, la movilización social implica que las personas se involucren activamente en la vida comunitaria, política y pública, para impulsar cambios en temas conectados con su realidad, que les importan y que consideran fundamentales para el bienestar común.
Los procesos de movilización social tienen un propósito concreto compartido por un grupo de personas que buscan ponerlo en circulación y verlo hecho realidad. Esto no quiere decir que quienes se movilizan deben estar unidos por siempre, sino que pueden constituir alianzas estratégicas por un objetivo compartido e incluir a diferentes tipos de actores que tengan los mismos intereses para generar cambios positivos en la sociedad.
Los procesos de movilización social tienen un propósito concreto compartido por un grupo de personas que buscan ponerlo en circulación y verlo hecho realidad. Esto no quiere decir que quienes se movilizan deben estar unidos por siempre, sino que pueden constituir alianzas estratégicas por un objetivo compartido e incluir a diferentes tipos de actores que tengan los mismos intereses para generar cambios positivos en la sociedad.
Muchas formas de movilización social además requieren explotar la creatividad e inventar nuevas estrategias según las necesidades de cada contexto. Si bien las movilizaciones se dan en espacios de la vida cotidiana, deben poder romper esa cotidianidad y llamar la atención para llevar su mensaje.
Revisemos y apropiemos los pasos para la construcción y puesta en marcha de una movilización social. La ruta metodológica que aquí se presenta es una propuesta, lo que significa se puede desarrollar y adaptar de acuerdo a las posibilidades del contexto.